Relato, Colombia abril de 1.978
Esta historia se desarrolló al parecer en un barrio pobre de la ciudad de Barranquilla, Colombia en los primeros meses del año 1.978.
Apareció de manera espontánea un raro insecto mitad gusano, mitad cucaracha de unos pocos centímetros de longitud. Tenía unas 20 patas peludas y una cabeza horrible además de un apetito voraz. Muerto despedía un olor nauseabundo.
Este raro insecto causó una plaga que duró unas dos semanas. A su paso destruyó muebles y enseres de madera, dañaron alimentos y contaminaron el agua de los tanques y al final se fueron sin dejar rastro.
El enjambre de rastreros insectos comenzaba su ataque hacia las 3 de la tarde de cada día, el festín de madera, papel, telas y desperdicios solo concluía 12 horas después. Desde ese momento hasta el siguiente día los repugnantes insectos perdían vigor hasta que se sumergían en un estupor que era aprovechado por los residentes para agruparlos e incinerarlos, pero al parecer las hembras mientras se retorcían por el fuego esparcían los huevos que daban inicio a la siguiente generación pocos días después.
Desde arbustos y zonas verdes los insectos iniciaban el ataque a las casas del tugurio cada tarde con una distribución casi calculada, afectando a todas las edificaciones por igual. El servicio departamental de salud inició la aspersión de varios insecticidas pero ninguno pareció controlar la plaga. Al mismo tiempo aparecieron enfermedades cutáneas y respiratorias en los habitantes del sector en la medida que morían los insectos.
Al parecer de la misma manera que empezó la plaga, esta desapareció y los insectos que quedaron muertos en la calle fueron devorados por el paso del tiempo perdiéndose en los registros de la historia y de la memoria de los pobladores de los barrios afectados.
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